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9M2020 El día que el silencio se escuchó.

El 9 de Marzo del 2020 Millones de mujeres paramos, hicimos silencio gritando por otras que no tuvieron la misma suerte. Pero hay algo más que hacer y con mayor trascendencia: el verdadero movimiento es interior.



El 8 de Marzo se conmemora internacionalmente el día de la mujer. En México, mi país, fue un día clave en el que se realizaron movimientos y manifestaciones catárticas generadas por el enojo contenido de millones de mujeres que por mucho tiempo han enfrentado situaciones desventajosas, atentados de seguridad incluso de su propia vida, de violencia y abuso, de impunidad, de estar en constante lucha por los derechos que deberían disfrutar por el hecho de estar vivas.


El 9 de Marzo del 2020, a través de un movimiento del colectivo feminista Veracruzano que tuvo amplia difusión en redes, sumado al hartazgo y la indignación, se convocó a millones de mujeres que habitamos este país a hacer un paro: ”El nueve nadie se mueve”, simulando nuestra desaparición, para poder hacer notar nuestra ausencia y que la sociedad tomara conciencia de lo valioso que es el género femenino en cualquier ámbito. Niñas, adolescentes, jóvenes, adultas, mujeres mayores, empresas que se unieron al paro, escuelas donde la mayoría del personal son mujeres, pequeños negocios donde las mujeres ganan el dinero con el que comen día a día y mantienen familias, no salimos de casa, no consumimos nada. Paramos por un solo día, pero se paró el 50% de la población que mueve nuestro país que somos nosotras. Nos unimos a la voz de las mujeres violentadas y levantamos nuestro silencio. Decidimos callar, para hacernos escuchar,

No todas tenemos las mismas oportunidades, ni siquiera entre nuestro mismo género. Hay quienes viven en desventaja cultural, económica y de libertad. Apelamos a la Justicia, la equidad y la libertad.


Cuando se ve claramente la descripción de los niveles del violentómetro, y se pone el nombre a las cosas como son, te das cuenta, como mujer, que la violencia no ha estado tan alejada de nuestras vidas, y eso mueve internamente.

El punto es que muchos feminicidios, actos de acoso y violencia sexual son cometidos por familiares, parejas, ex parejas, hombres que la víctima conocía.

Esto me deja con un sentir: ¡Se puede prevenir! Es posible impedirlo! Incluso hasta algunas historias que han terminado en muerte pudieron haberse prevenido si se hubiera actuado a tiempo ¿cómo?....


Yo no quiero ser historia, ¡yo quiero hacer la diferencia en la historia!


Estoy segura que el 9 de Marzo hará historia,

¿pero qué pasará después?

Y si no empezamos a amarnos más, a respetarnos, a saber que el amor no es dolor, a reconocer que somos valiosas y ningún hombre puede ni podrá darnos más o menos valor del que ya tenemos.




Si no empezamos a unirnos y respetarnos entre nosotras, a apoyarnos, a escucharnos, a darnos unas a las otras nuestro lugar. Si las que somos madres no enseñamos a nuestras hijas su valor, sus derechos, lo que verdaderamente es el amor, el cuidado por uno mismo, y a nuestros hijos varones a cuidar a las mujeres, a amarlas y respetarlas, a darles su lugar y ayudar a la que así lo necesite...


Si eso no sucede desde nuestro propio universo, no creo que el movimiento que todo esto generó y la energía invertida tenga la trascendencia que buscamos.

Hoy comprendo que no sólo se trata de feminicidios y violencia (que ya es bastante fuerte de por sí) se trata de lo que también se vive día a día en menor grado, pero no se denuncia: inseguridad, ofensas lascivas sexuales, acoso, control, celos insanos, humillaciones, gritos, amenazas, chantajes emocionales, Ignorar, etc.


Lamentablemente, los trastornos mentales de los agresores (llamados trastornos de comportamientos desde la DBO) no se quitarán sólos por más marchas o paros que hagamos, si ellos mismos no miran dentro y sanan sus corazones. Solo podremos apelar a ser más vistas en nuestras necesidades de seguridad y equidad por la sociedad en la que estamos viviendo.


Lo que sí, nos toca atendernos cada uno, cuidarnos, alejarnos de situaciones peligrosas, y esforzarnos por crear una mejor sociedad, sana mentalmente, con valores y respeto por el otro, sea hombre o mujer. Nos toca sumar a todos y concientizarnos, reflexionar sobre el panorama hacia dónde queremos ir como sociedad, qué mundo tendrán nuestras niñas, nuestras hijas y nietas.


Nos toca denunciar, pero también nos toca amarnos más, respetarnos, sabiendo nuestro valor, pero sobre todo, saber que no estamos solas, porque también hay hombres buenos que nos aman y nos cuidan, que no nos dejan solas en la noche, o que nos ayudarían si los necesitamos.


Que cada mujer puede ser una compañera y un oído para recargarnos y apoyarnos. Todos podemos hacer la diferencia hoy, de hecho es parte de nuestra responsabilidad de dejar un mundo mejor de como lo encontramos. Cuenta conmigo, si me necesitas. 💗





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